miércoles, 18 de noviembre de 2009

Crecer


Hoy me he parado a pensar en lo dificil que es crecer. Cuando pasa el tiempo, las cosas y la vida van cambiando, y nosotros apenas nos damos cuenta. Muchas veces no nos paramos a pensar, y de repente hemos crecido, y ya nada es lo mismo.

De niño tienes unas alas preciosas, de muchos colores, que te empujan a volar alto. Muy alto. Los adultos no las entienden, no las ven, pero tu sabes que están ahi...

Pero luego creces... y las alas crecen demasiado hasta que pesan, y te hacen caer. Se vuelven grises cadenas que encadenan a la tierra el corazon, volviendo una plomiza realidad cada uno de los pasos que damos...

Yo echo de menos mis alas a veces. La libertad de poder cambiar como y cuando yo quiera. La libertad de pensar que SIEMPRE tendre tiempo de rectificar, de ser como quiero ser. La libertad de soñar una certeza, de asumir propio un futuro que no ves tan incierto como mas tarde la realidad te hace creer...

Y una vez, hace poco alguien me dijo que crecer en realidad es darse cuenta de que la vida no es tan facil como parece. Crecer es asumir que cada uno es dueño de sus pasos, de caminar por donde el quiera, de marcar su camino o dejarse llevar... Porque despues de todo, un camino solo nos conduce a donde otros ya han estado.

Y la culpa de todo la tiene el miedo. El miedo a tantas cosas, que es como una mortal picadura, que poco a poco te consume con su veneno hasta que ya no hay mas opciones que morir de el.

El miedo a ser yo misma, a aceptar mis defectos, a asumir mis errores y a entender mis virtudes

El miedo a ser otro, a perder la identidad solo por ser como los demas quieren que sea

El miedo a perder la fe ciega en los sueños, que me dan la fuerza...

El miedo al fracaso...

Miedo al fracaso, al rechazo. Ese es el peor de todos, y el mas dificil de perder. Porque la vida no puede ser una linea recta. A veces hay que dejar que dibuje curvas en el destino.

Y en mi esta el poder para venderme al miedo. Necesito sobreponerme a el... pero qué dificil, con estas cadenas que pesan tanto...

Cada cambio es una eleccion, y elegir siempre es renunciar. Cada cambio es un giro a ciegas que puede salvarnos la vida o hundirnos en ella sin remedio. Cada cambio son millones de razones para temblar...

Cada cambio es como un rio. Te atrae su belleza, sus colores, su fluir... te atrae la vida que emana, su melodia, su jugueteo... pero te repele el miedo a que su corriente te arrastre sin remedio.

Yo lo reconozco. Tengo miedo a los cambios. Mucho miedo, y quiza eso es lo unico que me esta ahogando en estos momentos...

martes, 3 de noviembre de 2009

Incertidumbre

Levanté la mirada, y tus ojos se cruzaron con los míos fugazmente. No me hizo falta mediar palabra con mi corazón para entenderlo. Me había enamorado de ti.

Habia pasado años viendo como pasaban las chicas una tras otra, compadeciendome de ti por tu mala suerte, sintiendome superior por mi egocentrismo, o por alguna remota razon seguramente mas ridicula aún que yo misma. Años mirándote a los ojos fijamente, años viéndote como un niño, como un hermano... y de repente...

Ni siquiera era capaz de permanecer contigo en la misma habitación sin que mi corazón luchara desenfrenadamente por saltar de mi pecho. Tus manos me seducían, y tu voz sonaba tan... tan adulta... Me asusté. Cada segundo era como mirarte de nuevo. Cada palabra que cruzábamos parecía esconder un doble sentido, y mi imaginación me sorprendía dibujando escenas de un futuro utópico...

Incertidumbre, eso es lo que sentí, incertidumbre.

Cómo alterar las cosas despues de años... como pensar que la vida puede cambiar tanto en una mirada, en una reacción, en una caricia...

Pero... ¿y tú, qué sentías? Tus ojos, tus labios... todo parecia enviarme señales inciertas, confusas.. o quiza mi imaginación... despues de todo... tu corazón no era mío...

tu corazón tenía dueña, mal que me pesara.

Pero yo sabía que ella no te merecía, mucho antes incluso de que naciera este sentimiento, teñido de eternidad por mi propio corazón. Yo leía en tu mirada que ella no era para ti... que tu vivías enamorado del amor, no de ella. Que tú merecías alguien que te entendiera, que te amara sin necesidad de cambiarte, con tus virtudes y tus defectos...

Aquellos defectos de los que yo me había enamorado.

Pero... la incertidumbre me ponía al borde del precipicio y me llenaba la cabeza para que saltara. El por qué de las miradas, la curvatura seductora de tus labios... me confundían. ¿Tú también tenías miedo? ¿Y si me querías y estabas tan aterrado como yo?

Pero no era posible, después de todo... estaba ella...

Pero... por qué... por qué cuando me hablabas te acercabas tanto que sentía tu aliento, cálido, sobre mi rostro, y tentabas a mis labios. Oh, si que los tentabas...

Por qué tu mano en mi espalda, casual y efímera, siempre parecía acabar en un roce descuidado por debajo de mi espalda...

Por qué cuando nos sentabamos el uno junto al otro apoyabas la palma en mi muslo despreocupadamente,... como si ninguno nos dieramos cuenta....

Por qué parecías brillar más cuando estabas conmigo...

Incertidumbre clavada en mi corazón.

¿Qué debía hacer?

El miedo vibraba en cada poro de mi piel. No queria perderte, eso era lo último que quería. No quería romper tu cristal, a mis ojos frágil y transparente. No quería abrir tus ojos a tu vana relación, a la realidad.... o a lo que yo quería creer real...

Y la incertidumbre me mataba

Bueno....

La incertidumbre me mata...